¡Bienvenid@s una semana más al blog de Farmacia Gran Teatro!
Cada vez es más frecuente oír en la farmacia a personas que vienen buscando consejo sobre los cuidados para su piel y afirman tenerla “muy sensible”, esta percepción casa bien con el hecho de que el 50% de la población europea tiene la piel sensible, siendo este porcentaje algo mayor 37% en mujeres que en hombres.
En el caso de España afecta a unos 11 millones de personas siendo el 35,4 % de estas mujeres.
Así pues, a la vista de estos datos vamos a dedicar la entrada de hoy a tratar de profundizar un poco más en el tema de las pieles sensibles, saber que son y como tratarlas.
¿Sabemos en realidad qué es una piel sensible?
Una piel sensible es aquella de aspecto frágil, con alguna rojez difuminada en el rostro, que tiene un tacto rugoso, con sensación de tirantez, ardor o picor que tolera mal el agua y el jabón y que en resumen responde a estímulos externos como frío, viento, calor o aplicación de productos cosméticos de una forma exagerada cosa que no ocurre en una piel normal.
¿Qué factores influyen en tener una piel sensible?
Existen factores de varios tipos que pueden combinarse entre sí, entre ellos están:
Genéticos; hay personas con piel sensible de “ nacimiento” es decir siempre han tenido la piel así, en este caso suelen tener asociadas otras patologías como dermatitis atópica, rosácea, psoriasis, eczemas...etc
Por cambios hormonales: la sensibilidad aumenta en épocas concretas de la vida, tales como el embarazo, la menopausia y en general al aumentar la edad la piel se va volviendo más fina y tiende a irritarse y alterarse con mayor facilidad.
Por factores ambientales: entre estos destacan vivir en ambientes fríos, con exceso de viento (que os voy a contar ¡Viviendo en Burgos!), con exceso de sol o en ciudades muy contaminadas.
Por costumbres de tipo personal: me refiero a malos hábitos de sueño, consumo de tabaco, mala alimentación o utilización de cosméticos no recomendables.
¿Qué puedo hacer si tengo la piel sensible?
Como no parece fácil cambiar tu lugar de residencia puedes atacar el problema desde distintos frentes:
Lleva una vida sana con alimentación equilibrada, con horas de sueño adecuadas, evitando el tabaco y el alcohol en exceso.
Sigue una rutina cosmética adecuada a tu problema, cada vez existen más cosméticos adaptados a estos tipos de pieles y si eres constante verás muy pronto los resultados.
En el caso de un agravamiento del problema lo ideal es descartar una patología más severa con lo que deberás acudir a una consulta médica para que en caso necesario se te prescriba un tratamiento farmacológico.
10 puntos a considerar en una rutina cosmética para pieles sensibles
1. Limpia tu piel a diario con un producto que además de arrastrar la suciedad calme tu piel; funcionan muy bien los productos en textura espuma o las leches limpiadoras; en ambos casos pueden ser productos que no necesiten aclarado (si tu piel no aguanta el agua) siendo mejor en caso de hacerlo que lo retires con un algodón o muselina o con agua tibia, siempre sin frotar y secando la piel a toques nunca por arrastre.
El proceso de limpieza es básico en cualquier rutina y de el dependerá en gran medida la eficacia de los siguientes pasos.
2. Utiliza para completar tu limpieza un tónico o esencia, hay algunos productos muy buenos y fáciles de aplicar que completarán tu limpieza y aportarán a tu piel confort e hidratación.
3. Aplícate un buen serum que contenga activos específicos para una piel sensible como la vitamina E, el ácido azelaico o la niacinamida; al ser productos muy concentrados bajarán la inflamación de tu piel a la vez que la protegen de los agentes externos como el sol y la contaminación.
4. Utiliza una buena crema hidratante que mantenga la barrera cutánea en perfectas condiciones, funcionan muy bien productos que además de hialurónico contienen activos calmantes como extractos de arándanos, alantoína, bisabolol etc.
5. Como en cualquier rutina siempre termina con una buena protección solar; las hay específicas para pieles sensibles que no llevan perfumes ni colorantes y que además añaden agentes calmantes como aguas termales ricas en selenio, zinc o calcio.
6. Si sueles maquillarte utiliza productos hipoalergénicos (capacidad baja de producir alergias) aun así ten en cuenta que los productos con perfume o que aporten color (maquillajes, sombras de ojos, esmaltes de uñas, barras de labios) tienen mayor capacidad de irritar la piel.
7. En tu rutina de noche tras la limpieza, puedes utilizar un producto antiedad. La buena noticia es que cada vez hay más productos que a la vez que tratan una piel sensible evitan el envejecimiento de ésta.
8. Reserva un rato para ti y aplícate al menos una vez por semana una buena mascarilla calmante e hidratante, además del placer de su uso obra auténticos milagros!
9. No descuides tu cuidado corporal, emplea siempre geles sin jabón ni perfume, a ser posible sobregrasos para así favorecer la hidratación de la piel evitando irritaciones y después aplica una buena crema hidratante y calmante; esto mismo vale en el caso de las manos.
Para el uso de desodorantes aplica alguno sin alcohol ni agentes irritantes tales como los derivados del aluminio.
10. En caso de duda consulta a tu farmacéutico de confianza, ¡que espero ser yo!, intentará aconsejarte sobre el producto más adecuado y las últimas novedades en este tema.
Recuerda:
¡Cada vez hay más casos de sensibilidad cutánea pero también cada vez hay más soluciones para ello!
Y ahora vamos con lo que seguro todas estaréis pensando: ¿Qué productos son esos capaces de obrar todas esas maravillas en mi piel sensible?
Pues dejarme que os diga que estáis de enhorabuena porque aquí os dejo un listado de mis favoritos:
Limpiadores:
Gran Teatro limpiador hidra-confort con o sin aclarado.
Incluye un complejo de probióticos que fortalece la piel sensible, es fluido, ligero fresco y no espumante.
¡¡Cualquiera de los 3 productos de la gama es una autentica joya para tu piel sensible!!
Sensilis Gentle Cleansing Mousse
Contiene ácido hialurónico y pro vitamina B5
Serum:
Matricium
Serum en ampollas estériles sin perfume; se trata de un dispositivo médico con alta capacidad de regenerar la piel dañada o agredida.
Puede usarse de día solo o como serum de noche.
Gema Herrerias 12 Azelaic-N
Emulsión fluida que calma las rojeces mejorando la hidratación y la función Barrera.
Neostrata Restore serum antiedad- antirojeces
Ideal para usar como tratamiento nocturno para el envejecimiento en pieles sensibles; puede usarse solo o con la aplicación posterior de una crema.
Cremas:
Gran teatro crema anti-rojeces SPF15 Biofavonoides y Arándano.
Contiene bioflavonoides, ceramida 3, altoína, colesterol, oligopéptido calmante, bisabolol y filtros solares.
Sensilis Eternalist A.G.E [Mascarilla] calmante
En textura mousse, además de calmar la piel la regenera.
Cuidado corporal
Ceramol 311 Aceite Limpiador Facial-Corporal
Ceramol 311 Crema Corporal.
Fantásticos ambos para limpiar la piel sin agredirla e hidratarla; ambos pueden usarse incluso en bebés y ancianos.
Gran Teatro Desodorante Roll-on Piel Sensible
Desodorante hipoalergénico que reduce la formación del mal olor sin alterar el equilibrio de la piel.
Sin sales de aluminio ni alcohol.
Y hasta aquí hemos llegado con el articulo de hoy, espero que os haya gustado tanto leerlo como a mi escribirlo, la piel sensible es un tema acuñado hace mucho tiempo pero que está de plena actualidad, puede que seas de las que siempre has tenido y tienes la piel sensible, o de las que se han unido recientemente a las filas de este tipo de piel y tanto si eres de las primeras como de las segundas tengo una ultima buena noticia para ti:
"Con la piel sensible se nace y también se hace, pero es más frecuente que se haga y aparezca a lo largo de nuestra vida como una condición alterada de la piel al debilitarse su función barrera, estado que es absolutamente reversible"
Y es por esto que podemos decir que la piel sensible de hoy puede convertirse en la piel resistente de mañana, ¡sólo hay que saber identificarla y darle las armas adecuadas para defenderse!
Feliz fin de semana y mucha salud!!
Escrito por:
Paloma Ramírez Alonso
Licenciada en Farmacia
Máster en Dermofarmacia
Máster en Atención Farmacéutica